jueves, 13 de marzo de 2014

Me gusta la tierra más que el agua.

La tierra que se cree sucia


a mi me limpia.


Un Imparable amor suelto, siento, recreo

cuando me acuesto sobre su vientre maternal
y doy saltos de júbilo interior
que se esparcen creando raíces que buscan llegarte.

Para ensuciarnos de pura limipeza terrenal juntos.


No renuncio a lo que me nace del vientre y florece 

de mis cinco sentidos: el abrazo dionisíaco que quiero darte.

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