No me queda más que un gracias en el pecho y un nudo en la espalda. Un nudo que crece y me llega a tirar el brazo. Él, mi brazo, quiere huír de mí, -yo no lo dejo-, quiero matarlo, a él, al dolor, a alguien, a algo. Me vienen unas ganas viscerales y asesinas de estrangular algo. Le ruego al tendón que no lo siga intentando, no va a poder escapar.
No me lastimes tanto, no te cortes hoy.
Pero el nudo, se expande y yo no soy elástica, no
Es el enojo hecho carne,
el nudo, mi enojo,
el que tengo conmigo.
¿En el fondo, busco la opresión?
¿y en la superficie?
Quedáte hoy, dormí conmigo, no te vayas, mirame fijo y tapame la cara con tus manos.
Eso es la superficie,
Lo otro, miedo al abismo que trae la libertad.
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