Dejaste el entierro para más adelante
puliste los hilos
hasta hacerlos hilachas
hasta mañana, buen hombre
Un buen nombre tenías: El que recibió el piedrazo.
el pobre golpeado, Abel.
Le tocó golpearse a sí mismo
El carril, tu carril
del que me hablaste
rueda
al costado
del Paraná.
Caminando a paso corto
Te has ido de tu Itaca
las lagrimas
y tu imperante devoción
te acompañan.
Hasta mañana, porque mañana
todos estaremos contigo
porque así lo sentenciaste.
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